Macondo, metáfora del mundo
El niño Gabriel García Márquez escuchó por primera vez a sus cinco años, la palabra Macondo, un día en que acompañó al abuelo a la compañía bananera, y Luis Emilio Correa, jefe del comisiarato, asomado a la puerta dijo: "Vámonos a la estación, que ya el tren salió de Macondo". Era el nombre de una hacienda bananera de la United Fruit Compañy. El niño vio el letrero a la entrada de la hacienda, descubrió más tarde que Macondo, además de ser un árbol de la zona con el que se hacen canoas y camas, es un juego primitivo de la región, una tribu errante en África y una especie de plátano. La conciencia y resonancia del nombre con diversos significados vino después, al regresar a Aracataca, y redescubrir el letrero en la puerta de la hacienda. Supo que el nombre mítico elegido para su obra, tenía desde luego, otra connotación histórica: el nombre había viajado en las embarcaciones de los negreros en el Siglo XVI, en los labios de los bantúes y del centro oriental de África, era el nombre de una especie de plátano. Su traducción en bantú: "alimento del diablo". En el Caribe colombiano es el nombre de un árbol que el botánico alemán Amadeo Bonplandt clasificó cuando vino en su expedición con Humboldt... fragmento del libro "García Márquez: La llave secreta de Melquíades", del escritor, poeta, periodista y pintor Gustavo Tatis Guerra.
El libro hace parte de la Colección "García Márquez, genio universal del Caribe" de Collage Editores SAS y que estuvo bajo la coordinación editorial de Álvaro Suescún T (autor de "Gabito nuestro de cada día").
En el mes de Septiembre estará en circulación el segundo libro de Gustavo Tatis Guerra titulado: "La rosa amarilla del prestidigitador", el cual toma este nombre, porque, seguún Gustavo, Garcia Márquez, en el año 66, decía que él lo que quería era ser mago o un prestidigitador (persona que hace trucos con las manos). Este segundo libro es mucho más íntimo porque contiene el primer encuentro que tuvo el autor con García Márquez, con Luisa Santiaga, la madre; y con el padre del Nobel, Gabriel Eligio García Martínez.
Portada del libro |
Reseña El Universal, domingo 7 de junio de 2015. |
Reseña El Tiempo, domingo 28 de junio de 2015. |