El reto de establecer procesos de enseñanza a partir de la virtualidad para la Primera Infancia se ha convertido en un verdadero desafío tanto para los maestros como para los niños y niñas que día a día enfrentan la tarea de aprender desde una plataforma digital.
Según Jaime Castro Martínez, director de la Escuela de Educación e Innovación del Politécnico Grancolombiano "la adaptación a los nuevos escenarios de la virtualidad constituye el mayor reto de la educación para la primera infancia, pues la principal barrera es hacer que los niños y niñas mantengan su interés en las clases o actividades, por lo tanto, los maestros deben valerse de una serie de recursos didácticos y lúdicos en cumplimiento de los objetivos", indicó.
El proceso de adaptación no solo compete a los niños y niñas, sino también a los docentes que deben actualizarse en las herramientas digitales, en la comprensión del funcionamiento de las plataformas y en el reconocimiento de los recursos didácticos digitales para trabajar con los educandos.
Aceptar que la tecnología hace parte de la cotidianidad es pasar de ser un nómada digital para ser un humano reinventado capaz de aprovechar las herramientas modernas y darles un buen uso orientado a la educación.
Ahora bien los padres de familia también entran en la ecuación con el reto de acompañar a sus hijos en el proceso de aprendizaje, siendo extensión de la labor de los maestros, pues, ahora ellos son los que permanecen más tiempo con los niños en casa y reciben toda su carga anímica la mayor parte del tiempo.
“El otro reto es la adaptación a compartir el escenario de la casa con el escenario educativo, que esto es realmente novedoso. Por ejemplo, ahora los padres deben compartir más actividades que antes con sus hijos, lo que requiere de un ajuste estructural de cómo asumir la educación”, explicó Castro.
Por parte de los niños también requieren de unos procesos de adaptación a la distancia de sus compañeros, por la necesidad de tener espacios de integración, de desarrollo de actividades lúdicas o simplemente de socialización, lo que se ha quedado un poco limitado por todo aquello del confinamiento. En este sentido el gran reto de los niños es llegar a adaptarse a la situación y, de alguna manera, usar su imaginación, recursividad y entender las nuevas formas de aprendizaje en medio de la virtualidad.
¿Cómo trabajar la virtualidad para la primera infancia?
Como lo más importante es mantener la atención del niño en la plataforma, entonces los docentes se valen de recursos didácticos y lúdicos. Por ejemplo, hay recursos para el trabajo en arte con una serie de plataformas y páginas web que pueden usar para dibujar, diseñar imágenes lineales, etc. Además, se valen de plataformas de literatura donde encuentran cuentos para leer y trabajar conjuntamente con la familia, como las plataformas del Ministerio de Educación “MaguaRed” (https://maguared.gov.co/) y “Maguaré” (https://maguare.gov.co/); y, lo más importante para los niños y niñas, se valen de las plataformas de juegos en línea que ofrecen diferentes posibilidades para el trabajo lúdico y los aprendizajes.
Como complemento en casa, los padres les refuerzan las destrezas físicas y manuales con una serie de actividades de acompañamiento que dejan los docentes.
¿Cómo lograr un alto estándar de calidad educativa en la Primera Infancia bajo la virtualidad?
Una de las instituciones referentes en el país sobre el desarrollo de la educación virtual es el Politécnico Grancolombiano, institución universitaria que tiene más de 25 años de experiencia en educación superior en Colombia, de los cuales, 13 años los ha dedicado a la formación profesionales en modalidad virtual con el propósito de dar la oportunidad educación de calidad a todo el país.
En el caso de la formación de profesionales en Licenciatura para la Primera Infancia, los estudiantes de Licenciatura cuentan con una plataforma robusta por la que transitan por los diferentes módulos académicos, acompañados de una rigurosa práctica de trabajo de campo.
Además, tienen el acompañamiento de tutores en cada región del país, que supervisan permanentemente lo que hacen y por medio del equipo POLI ubicado en los Centros de Servicio Universitario CSU, los estudiantes establecen una permanente comunicación con la institución para conocer cómo se sienten, qué pasa en la región y sus inquietudes.
Para los estudiantes de la licenciatura en educación para la primera infancia el POLI creó un espacio de comunicación denominado “A la pizarra”, un espacio radial donde los estudiantes participan con experiencias interesantes de su proceso formativo, de práctica o de trabajo en el territorio. Esta estrategia permite estrechar los lazos entre la comunidad y la academia.
¿La brecha de la educación virtual para la primera infancia en las regiones del país?
Cuenta Jaime Castro que la pandemia ha vuelto imperativo que los procesos de formación académica tengan su centro en la educación virtual y que Colombia trabaje mucho más sobre el fortalecimiento digital, sobre todo en las zonas rurales que es donde la brecha tecnológica es marcante.
Así lo reafirma Élida Duarte, graduada en Licenciatura para la Primera Infancia del Politécnico Grancolombiano, quien ejerce su labor docente en la Sierra Nevada de Santa Marta. Cuenta que en estos momentos ha sido una tarea titánica virtualizar la educación en esta zona porque la mayoría de los niños no cuentan con los recursos tecnológicos (computadores, tablets o teléfonos con internet) y le ha tocado llegar de casa en casa para ejercer su labor con los niños.
Este caso pone en el tapete, cómo el desarrollo de la educación virtual para la primera infancia en zonas rurales requiere de un esfuerzo mayor por parte del gobierno en el propósito de una alta calidad educativa.
Por su parte, en Bogotá, Adriana Pérez, madre de un niño de 4 años, afirma que, aunque su hijo cuente con los recursos tecnológicos, ha sido bastante complicado asumir en casa su rol como acompañante del proceso académico en casa.
En conclusión, la educación para la primera infancia afronta un gran reto de adaptación por el nuevo escenario virtual que requiere un gran cambio y esfuerzo por parte del gobierno, las instituciones, los docentes, los padres de familia, los niños y niñas como principales actores.
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