Cientos de nativos y miles de turistas aprovecharon los días
santos para descansar, recargar energías e inclusive ‘recrear la vista’ en el
balneario de El Rodadero.
Familias completas llegaron para disfrutar del mar, algunas se
ubicaron en una carpa para mitigar el inclemente sol, mientras otras decidieron
instalarse debajo de una palmera o cualquier árbol. El objetivo era uno solo:
dejarse cautivar por la brisa fresca y gozarse un baño en el mar.
Algunos aprovecharon este tiempo dedicado a la reflexión
espiritual para renovar las energías que se agotan fruto del trabajo y la
cotidianidad. ‘‘No hay nada mas relajante que extasiarse mirando los
esculturales cuerpos de la mujer colombiana. Y gratis, quieres más’’, dijo don Bonifacio,
con la jocosidad que le caracteriza.
EL RODADERO fue uno de los lugares más visitados durante la Semana Santa, aunque la escasez de agua se convirtió en el 'dolor de cabeza' para el sector hotelero y administradores de apartamentos.
RODADERO: LA VITRINA NACIONAL
Y es que El Rodadero es una marca propia que identifica a
Santa Marta, no hay visitante que se resista a darse un chapuzón en su
refrescante mar y sentarse en la playa a degustar un ceviche de camarón con
galleta o amainar el calor con una bebida bien helada. Y ahora, con la playa
oxigenada y limpia, hasta los longevos vuelven a ser niños haciendo castillos
en la arena junto a sus nietos.
Los músicos que interpretan vallenato ahora trabajan
temprano porque con la implementación del decreto emanado por la Alcaldía Distrital,
la playa debe abandonarse a las seis de la tarde para que descanse y se proceda
a su limpieza.
A pesar del inconformismo de algunos con esta medida, no es
menos cierto que el balneario va apuntándole a un turismo de mejor nivel y
categoría para ir desplazando el denominado ‘turismo de olla’ y alcanzar la
meta trazada: ser una playa certificada.
LAS AUTORIDADES DE POLICÍA ejercieron vigilancia permanente en el balneario para garantizar la seguridad a los cientos de visitantes. /Foto JONATHAN ARDILA
AVANCES EN LA ORGANIZACIÓN
Hoy las playas de El Rodadero cuentan con baños públicos,
canecas para la disposición final de desechos de acuerdo a su clasificación, uniformidad
con las carpas y sillas. También existe una mejor vigilancia policiva y una organización
de los diferentes actores: carperos, guías, vendedores de gafas, mariscos,
helados, cocadas, aceites de coco, bronceadores, entre otros.
El área del malecón se acondiciona a diario para albergar a
vendedores de comidas rápidas de todo tipo, jugos naturales; artesanos que
ofertan sus productos y personas que alquilan apartamentos. No deja de ser un
mercado persa donde inclusive algunos encuentran a su ‘dama de compañía’.
Muchos coinciden en que la vida nocturna en El Rodadero no
es la de antes porque ahora deben acogerse a las normas establecidas aunque
algunos no la compartan. Pero como dice el viejo refrán ‘donde manda capitán,
no manda marinero’.
En estos días santos, varios residentes en el balneario, han
aprovechado para reflexionar sobre esa vieja disyuntiva respecto a que si el
territorio debe tener énfasis en el aspecto residencial o turístico.
VIACRUCIS POR AGUA POTABLE Y MOVILIDAD
Con
la llegada de la temporada alta y miles de turistas El Rodadero vivió su propio 'viacrucis' debido a la escasez en la prestación del servicio público de agua y los problemas de movilidad en sus principales vías.
“Durante
los días más importantes de la Semana Santa como es el jueves y el viernes tuvimos una situación crítica; al punto que recorrimos a la compra de agua en
carro tanques particulares pagándolos al 200 por ciento más de lo que
usualmente se adquieren”, enfatizó Omar García Silva, presidente seccional de
la Asociación Hotelera y Turística de Colombia, Cotelco.
MÁS DE 100 MIL VISITANTES del interior y exterior del país llegaron a descansar y reflexionar en las playas de Semana Santa. /Foto JONATHAN ARDILA