El torrencial aguacero que cayó en el macizo montañoso contribuyó para que los caudales del río Guachaca aumentaran y sin ‘pedirle permiso a nadie’ el afluente empezó a recorrer su territorio. De repente la fuerte corriente del agua acompañada de arena ingresaba a casi 700 viviendas provocando una verdadera emergencia ya que alcanzó una altura de casi dos metros.
Ante la zozobra algunas personas como pudieron intentaron alzar colchones, electrodomésticos y salvar ciertos enseres del hogar. Quizás por un milagro divino no hubo víctimas humanas pero sí una verdadera pesadilla para todos. ‘‘Se repitió la tragedia del año 2011’’, dijo una señora mientras sacaba el lodo empozado desde el interior de su vivienda.
EL LODO PERMANECE al interior de las viviendas y en las
calles mientras los voluntarios humanitarios colaboran con los habitantes del
Corregimiento que padecen una emergencia sanitaria./EDGAR TATIS GUERRA
Dioselina Montero Mejía, coordinadora del comité de gestión del riesgo en Guachaca, relató los momentos de angustia que vivieron los habitantes de la población y comentó que gracias al comité de emergencias se adoptaron rápidamente las recomendaciones de seguridad ya que por fortuna la mayoría de las personas atendió el llamado que se les hizo para que salieran de sus casas hacia la carretera variante en busca de zona alta.
DIOSELINA MONTERO MEJÍA, líder Comité del riesgo en Guachaca.
‘‘Fueron momentos difíciles porque el agua subía de forma rápida y anegaba las viviendas. Gracias a Dios no hubo pérdidas humanas como sí se registró en el año 2011’’, recalcó.
Es válido mencionar que los distintos organismos que conforman la red de atención y prevención de desastres acudieron al Corregimiento de Guachaca con el propósito de constatar los estragos originados por causa del desbordamiento del río. A primera hora de ayer el alcalde distrital Rafael Alejandro Martínez y su equipo de trabajo se trasladó a la zona afectada y logró dialogar con varias de las familias que padecieron esta tragedia.
EL ALCALDE RAFAEL MARTÍNEZ y su equipo de gobierno se desplazaron al Corregimiento de Guachaca para constatar la emergencia y dialogar con varias familias afectadas por la creciente súbita del río. /EDGAR TATIS GUERRA
Gracias a una visita al Corregimiento de Guachaca se pudo constatar que las viviendas se encontraban con sus muebles, colchones, electrodomésticos y otros enseres en las puertas, mientras las mujeres con sus escobas sacaban el lodo. En la mirada de los niños y jóvenes se vislumbraba cierta tranquilidad quizás porque con su inocencia no alcanzan a dimensionar la magnitud de la emergencia. Algunos de ellos con los pies descalzos jugaban como si nada con el agua enlodada mientras los adultos resignados contemplaban la ‘visita’ protocolaria de las autoridades.
LAS BANCAS DE LA IGLESIA Pentecostal permanecieron afuera mientras se sacaba el agua y lodo que se metió en el templo. /EDGAR TATIS GUERRA
William Támara Durán, vecino de la iglesia Pentecostal de Guachaca, dijo que todo empezó con una llovizna que arreció y luego llegó la avalancha. ‘‘Cuando quisimos reaccionar ya las casas estaban completamente inundadas, fue algo muy rápido y gracias a la alerta de la Policía y los voceros del comité de emergencias que nos avisaron salimos en busca de un sitio seguro. Desafortunadamente perdimos la ropa, el juego de comedor, las camas y todo. Hasta el momento estamos esperando alguna respuesta de las autoridades’’, comentó.
Por su parte Pedro Antonio Ortega dijo que la avalancha fue de repente ya que no permitió salvar nada. Relató que la prioridad fue salvar su vida y la de sus otros seis familiares ya que las cosas materiales se pueden adquirir con el tiempo. ‘‘Hace seis años ocurrió una emergencia mayor a la actual porque superó los dos metros de altura e incluso dejó seis víctimas mortales’’, recalcó.
PEDRO ANTONIO ORTEGA cuando señalaba con su dedo índice hasta donde subió el río. /EDGAR TATIS GUERRA
Al consultarle sobre qué solicitud le hace al Gobierno, respondió que nada porque no es la primera vez que se presenta una emergencia por causa de la creciente del río, y reiteró que la propuesta de reubicación sigue latente pero se ha quedado en una promesa incumplida. ‘‘El Gobierno se queda en pura promesa y no cumple ni año, por eso no les solicito nada’’, enfatizó Ortega, mientras me señalaba con su dedo índice hasta donde subió el río.
REPORTE OFICIAL
De acuerdo con el reporte oficial entregado por la Alcaldía
Distrital de Santa Marta a través de la Unidad de Gestión del Riesgo y
Desastre, cerca de 646 viviendas y 2.578 personas del corregimiento de
Guachaca, resultaron afectadas por la creciente súbita del río que lleva el
mismo nombre.
Desde el inicio de la emergencia, la Alcaldía de Santa Marta hizo presencia
en el sitio con el coordinador de Gestión del Riesgo y Desastres, Jaime Avendaño y varios funcionarios de Salud. Asimismo,
se trabajó de forma articulada con las unidades de Socorro que ayudaron en la
evacuación de las personas.
ESTA FAMILIA INDÍGENA camina en medio del lodo después de la avalancha que se repite después de una más grave presentada en el año 2011 que dejó cinco víctimas mortales y 56 casas destruidas. /EDGAR TATIS GUERRA
SE AVECINAN LLUVIAS FUERTES
De acuerdo a lo manifestado por el mayor Eduardo Vélez,
director de la Defensa Civil, la situación registrada en Guachaca es algo
repetitivo que sucede debido a las características geomorfológicas del terreno
siempre ocurrirá cuando se den fuertes precipitaciones sobre la Sierra Nevada
de Santa Marta.
‘‘Los ríos de acá son cortos y tienen una pendiente muy alta
que ante la presencia de lluvias fuertes se genera un aumento en el caudal y
esto origina una creciente súbita. El riesgo que está creado aquí es un riesgo
social porque las personas que habitan en este Corregimiento están viviendo
prácticamente en la ribera del río, en la ronda hídrica y esto hace que la
situación de riesgo se constituya en una vulnerabilidad acumulada explote con
la presencia de un fenómeno natural’’, anotó.
FAMILIAS COMPLETAS se ubicaron en la terraza de sus casas
para despejar la mente y seguir en alerta máxima ante el riesgo que continúa
latente. /EDGAR TATIS GUERRA
OLVIDADOS POR EL ESTADO
Altemia Muñoz, quien nació y lleva más de 50 años viviendo en
Guachaca, recordó con profunda nostalgia que hace casi 6 años se registró una
catástrofe similar y desde entonces todo siguió igual. ‘‘Cada vez que ocurre
una tragedia las autoridades vienen acá y nos dan pañitos de agua tibia, mañana
nos traen una ayuda y después nunca más los vemos’’, recalcó.
Comentó que es madre cabeza de hogar con 5 hijos, de los
cuales una hija es viuda y tiene 3 niños. ‘‘A mí me toca trabajar para sostener
a la familia. Tengo una hija que es soltera y está estudiando y yo le colaboro.
Mire que se presentó de nuevo una catástrofe y la gente afectada vuelve otra
vez a sus viviendas porque no hay ayuda del Gobierno que nos tiene abandonados.
Una muestra del abandono es el puente que iniciaron hace tres años y allí está
paralizado, visite el puesto de salud para que vea que no hay insumos, no hay
una ambulancia y tampoco una planta eléctrica’’, denunció.
ALTEMIA MUÑOZ, quien nació en Guachaca, denunció que cada
vez que ocurre una tragedia el Gobierno llega con ‘pañitos de agua tibia’ y
después nunca más lo ven. /EDGAR TATIS GUERRA
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DECRETADA CALAMIDAD: http://www.hoydiariodelmagdalena.com.co/new/archivos/7351
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